Tumblr Mouse Cursors

lunes, 18 de noviembre de 2013

Frío, aquí, ahora.

Hoy es un día frío en esta capital olvidada. 
Hace frío fuera de mi habitación y dentro de mís sábanas, si alguien me rozara hoy las manos diría que estoy más cerca del rigor mortis que de la propia vida, pero...la diferencia corporal entre un muerto y yo es que hoy ardo un poquito más por dentro.
Hay días en los que la inmensidad (e intensidad) del tiempo te golpea la cara como una fría y cortada brisa helada en pleno centro de Granada en Diciembre, esos días en los que te sientes tan pequeña que todo se te queda un poco grande y sólo te apetece ponerte capas y capas de ropa para que el peso de ésta te haga olvidar el peso muerto de los recuerdos que cargas a tu espalda. Y entre cada una de las bocanadas de ese té ardiendo tan dulce te da por pensar en como en cuestión de unos 365 días aproximadamente, día arriba, día abajo, tu vida ha dado un giro de campana y te ha dejado totalmente boca abajo, desnuda y con toda la sangre en la cabeza, con un futuro roto y cada vez más inexistente e inespecífico y cada vez más fríos y cada vez más rotos como si no hubiese rastro de ese ayer que supuestamente tanto te definía... Ya nada es igual, tú no eres la misma cuando te miras al espejo, lo único que permanecen son tus inseguridades pero por lo demás, ya no es lo que era y tú tampoco eres lo que tanto tiempo intentaste ser. Intenté tanto serlo que me olvidé de ser yo misma, puedo considerarme por la misma batalla una luchadora, una perdedora o una estúpida cabezona que intenta ganar y ganar algo que siempre estuvo perdido.
Te miras y piensas en todas esas personas que rodearon tus esquinas con falsos abrazos, aquellos 'te quiero' que se rompieron antes de salir por tu boca y todos esos 'te echo de menos' que sin querer queriendo te acabaste creyendo. La de veces que en un solo año llamaste amigo a alguien que hoy sólo es un desconocido para ti o los días que te preocupaste por algo que no tenía solución. Las veces que lloraste pidiendo que te entendieran como una niña caprichosa que a pesar de saber que no tiene razón sigue intentando que todo el mundo se la dé. Porque lo importante contigo no era tener siempre la razón, lo importante era simplemente tenerte.
Hoy me siento fría porque muchos brazos han dejado de darme calor, ya ni siquiera me darán compañía nunca más, pero tampoco guardo rencor por ello. Esas personas que se fueron me han hecho más fácil ver que lo primero es contar con uno mismo y ser fiel a nuestros propios principios. 
Nadie está obligado a quedarse y puestos a ser positivos, es mucho mejor que una persona que está predestinada a irse se vaya cuanto antes y no ocupe un lugar que no es suyo. 
Hoy estoy así, un tanto escéptica con el mundo por todo aquello que me ha quitado, pero también muy agradecida por dejar huecos libres para todo aquello que está por llegar. Sigo pensando que soy una afortunada, creo que a pesar del cambio tan radical en mi vida no cambiaría nada de ella ni de todo lo que he vivido en este año, no cambiaría ni un solo segundo ni un solo error. Tampoco cambiaría ni una sola locura, como presentarme un día cualquiera de Abril en una ciudad que ni fu ni fa por algo que desde dentro me decía que merecía la pena. Hoy sé que ha merecido la pena y que tengo más de lo que podía pedir. Ha merecido la pena cualquier cosa si hoy puedo decir que te tengo conmigo.
Y aunque haga frío, me sienta helada y se me encoja el corazón del vértigo al pensar en lo mucho que todo ha cambiado, soy tan feliz y estoy tan eufórica por tener lo que tengo y por ser quien soy que el resto de días estoy demasiado ocupada para acordarme de todo lo que ahora es diferente y mucho más ocupada como para echarlo de menos.
La vida es eso, cambios, evolución y ciclos. Un día estás llorando en la cama como el ser más egocéntrico del mundo porque piensas que la vida es muy injusta solamente contigo y al día siguiente estás pegando saltos de alegría con tus amigas en plena Gran Vía de Madrid, no sé, por poner un ejemplo. 

A ser felices, corazones.



martes, 5 de noviembre de 2013

Escribir por amor al (dese)arte.

No podemos evitarlo, somos humanos, débiles y simples y nos movemos por instintos. Nos impulsa el deseo de cometer estupideces y sobre todo echamos de menos algo que en realidad nunca ha sucedido, pero lo seguimos soñando, supongo que el pensar que algo imposible deja de serlo es lo que nos impulsa a mantener la esperanza... Una esperanza que bañamos de cinismo cuando lo que deseamos de verdad está reñido con nuestra estabilidad emocional.
Creo que mi tara de fábrica es que vivo estúpidamente enamorada de algo que no existe, y me imagino que lo peor de todo esto es que una parte de mí sigue pensando que es posible, que va a suceder... ¿Qué tengo que perder además de mi cordura? Lo verdaderamente preocupante es que no estoy segura de si esto resulta más creíble para mí o para mi álter ego... Qué caos...¿Eh? Tengo mil demonios que matar y todos ellos se acuestan conmigo cada noche en mi cama.

«Consejos vendo que para mí no tengo.»
La interminable historia de mi vida. Complicar lo que ya de por sí es infumable, pero joder... No es tan fácil luchar contra un espejo y más contando que frente al espejo no me reflejo yo, ni una bruja atractiva con ligueros. Lo que si puedo ver es aquello que dice ser lo mejor para mí y justo al fondo aquello que me grita qué es lo que de verdad quiero y... ¡Por dios! No puedo dejar de mirar a aquella mujer descarada que no deja de gritar y sonreír ¡JODER! como sonríe... Además luce esa cara de bien follada que tanta gracia me hace. Y en cambio... la que esta cerca, la que me susurra lo que se supone que es mejor para mí, habla bajito y le tiembla la voz, viste una falsa inocencia que no hace juego con su melena descuidada y despeinada... 
No, no es lo que dice ser.

Quizás si escucháramos más dentro de nosotros y nos parasemos a pensar que es lo que realmente nos hace felices sin tener que cumplir con las expectativas de nadie todo esto sería menos vomitivo... 

Supongo, que en el fondo los finales felices se los patento todos Walt Disney y lo peor de todo es que nos creó unas expectativas que son, cuanto menos, ridículas... Y creo que esto es en potencia responsable de nuestras desafortunadas historias interminables-acabadas. 
No tiene sentido que yo cree un castillo de papel si luego llegarás tú, soplarás, me besarás el cuello y todo desaparece... Por favor, hazme creer en imposibles.



'Te dolerá todo el cuerpo, me buscarás en el infierno porque soy igual que tú.
Todo lo que siento por ti solo podría decirlo así.'


Y no me hables de arte si no te han hecho nunca el amor a través de la música.