Tumblr Mouse Cursors

miércoles, 23 de octubre de 2013

Noches.

Noches. 
Ya ni buenas ni malas, os deseo noches y sobre todo deseo por las noches.
Cerrar los ojos un momento y abrirlos en tu cama sería mi plan perfecto para esta noche, como puedes ver a veces se me olvida que hace mil y una noches que mi cama ya no espera a nadie. Y es que soy así de ingenua y las noches se convirtieron en mi fenómeno paranormal favorito, todo me parece diferente y en su esencia un poco mágico y sobre todo podrido, incluso echar de menos se torna un poco más asqueroso aún si cabe. Y ya no quiero hablar de las noches de lluvia, esas noches de invierno que en tu cabeza te imaginas frente a la ventana con unos calcetines largos en unas piernas que no son tuyas y un té ardiendo que es lo que más caliente te va a poner esa noche, pero la realidad es que estás frente a una pantalla escribiendo algo que a nadie le interesa y pensando en el día de mierda que tendrás al día siguiente gracias a la lluvia. 
Como difiere la fantasía de la realidad... Como en aquellas noches en las que me vaciabas a base de un "bébeme" en una etiqueta bordada principalmente de ganas y mentiras. Lo nuestro nunca fueron las noches y por eso para mí siempre quisieron significar tanto. Supongo que siempre quise que alguien se adueñara de ellas en cierto modo para olvidarme de tus tardes. Buen trabajo. Quizás debería haber escrito en aquella etiqueta "cómeme" para que no te hubiese dado resaca de mí al día siguiente ¿No? 
Es curioso eso de que el mejor piropo que me han dedicado nunca haya sido un "hija de puuuuuta" bien dicho y dedicado justo en el momento perfecto. Sí, no podía haber un momento mejor. Quizás no debería haber deseado tantas buenas noches y haberme dedicado a hacer que algunas fueran mejores... No sé, digo yo. 

Lo que es cierto es que nunca son buenos días sino fueron previamente buenas noches.

Lo que yo te diga... No tengo remedio, sigo siendo la misma que empieza batallas sin abrir la boca que luego no me apetece librar. Sí, seguimos estando igual de desquiciados y a veces ladramos sin que nos apetezca hincarle el diente a nada, somos presas de algo que llaman amor cuando quizás a lo que realmente se referían era miedo a la soledad. 

No quiero decir nada con esto, en realidad solo me apetecía dármelas de sabionda un rato, cosas de mezclar lluvia con noche.


¿Y si nos vamos a soñar un rato más?


No hay comentarios:

Publicar un comentario