"Friends"

Dicen que debemos ir poco a poco, que todo se debe controlar, que todo tiene su nombre, su momento y su lugar. Que las cosas suceden porque deben suceder, que hay que planear cada paso que damos y saber absolutamente todo lo que vamos a decir, sentir, creer, querer...

NO. NO. NO. NO. NO

MENTIRA.

El amor no es así, el amor no avisa, el amor es impredecible, rápido, irremediable, abrasador e inestable. El amor aparece, sucede y es incontrolable, sólo eres cociente de que existe cuando por tu cabeza ronda la idea de: "Se me va de las manos" y en ese momento ya se te ha escapado por completo, ya es tarde, lo siento, estás jodido o jodidamente enamorado.

Y en ese momento sabes que quieres que sea esa persona, quieres que muerda todo lo que eres y que cosa cada costura rota que forma parte de ti, que te vuelva loco y te haga sentir vivo, eternamente vivo, eternamente feliz, aunque esa eternidad solo dure un tiempo, aunque sea finita, efímera y fugaz.

Y lo mejor de todo es que hay cosas que no necesitan explicación ni etiquetas, que no se merecen algo tan vacío como las palabras. 

Enamórate de quien te haga gritar mucho, hacía fuera y por dentro.

Grita de placer, de alegría, de pura felicidad, a carcajadas, gritar porque sí.

Y yo quizá no sea la más indicada para hablar de amor, quizá debería haber aprendido la lección, pero me sigo moviendo por impulsos. Instintos. Pasiones. Corazonadas. Aunque con eso me arriesgue a quedarme sin corazón... Sé que merecerá la pena.

Y es que TÚ tienes la culpa de mis altas expectativas con la realidad,
de que todo sea tan de colores pastel, de que todo encaje tan bien,
casi tan bien como tú y yo. Pero sólo casi.

No quiero entender mejor todo lo que provocas dentro de mí,  no quiero entender el por qué, 

prefiero imaginar que la razón es tan simple como que tienes que ser tú, 

que debes ser tú.

Que QUIERO que seas tú.

Me gusta la sensación de que seas tú el que le pone las palabras exactas a todo lo que yo no me atrevo.
Me gusta sentir que nadie nunca lo entenderá como lo entendemos tú y yo.

Me encanta que no sea necesario hablar cuando nos tenemos delante, me encanta que hagas que nazca de mí eso que pensaba que ni existía, me encanta que me hagas sentir viva, que mis instintos y mis ganas lleven tu nombre y que tu sonrisa y tus brazos sean la mejor recompensa después de 251 kilómetros a 140km/h.

No sé cómo ni por qué, ni si en algún momento me imaginé estar aquí como hoy, escribiendo, sintiendo y sonriendo de esta manera, como si fuera una adolescente hormonada sacada de una película disney, pero es que tampoco me importa pensar sobre algo que me hace tan feliz.

Y aunque yo también sea un poco moñas de vez en cuando y tenga esa insufrible necesidad que tienen las mujeres de querer ponerle palabras y etiquetas a todo, pero no lo hace por pura cobardía, sé que a veces a él le sobran razones cuando me mira a los ojos y ellos no tienen miedo, cuando sus respuestas a veces son esas marcas en la piel que me traigo conmigo y me hacen recordar algo que tengo muy latente. Porque no son sólo marcas en mi piel cuando se ha dedicado a marcar todos y cada uno de mis rincones no tan externos al más puro estilo "aquí estuve yo" y no, 

no me valen otras manos que no sean las suyas.

¿Te lo digo o te lo cuento?

Just friends?