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domingo, 29 de diciembre de 2013

Bye bye 2013 ~

Este año me adelanto un poco más de la cuenta pero retomo viejas costumbres, me es imposible no despedir el año poniéndome un poco moñas, recordando y haciendo una lista de imprescindibles para el año que viene.

Tengo que confesar que aunque no soy creyente, ni católica, ni cristiana ni nada parecido... ¡Me encanta la navidad! No relaciono esta época del año con nada que esté relacionado con ningún tipo de religión. Me encanta el frío, que la gente esté aparentemente más contenta, las reuniones familiares, los detalles con las personas que te importan, las fiestas, las comilonas, los bombones, que sea la excusa perfecta para beber champagne y lambrusco, que decir moñadas no esté tan mal visto, las luces, el vino, la ilusión, los decorados... Joder, todo, me encanta. Soy la típica persona que no entiende a la gente que dice que odia la navidad cuando para mí sin duda es una de las mejores épocas del año.
Pero a la vez que me gusta tanto me pongo más sensiblona de la cuenta, te da por recordar a esa gente que ya no está contigo y te gustaría que estuviese, el año se va acabando y haces balanza de todo lo que has vivido, has ganado y has perdido en estos días y a mí me encanta recordarlo.

No puedo evitar recordar como despedí el 2012 (http://antatisis.blogspot.com.es/2012/12/bye-2012.html) llena de dudas, miedo y confusión. Obviando ciertas partes de esa entrada (jé) todo era un caos en mi vida en Diciembre de 2012 y Enero de 2013, la entrada a ese año no pudo ser mas... ¿Rara? Supongo que todo cambió de manera tan brusca que a una parte de mí no le dio tiempo a poder digerirlo todo en ese momento pero... a día de hoy sé que tenía que ser así porque algo mejor me estaba esperando ese año.

El 2013 ha sido un año lleno de altibajos, a veces más bajos que altos, lleno de idas y venidas, de emociones, aventuras y muchas, muchas meteduras de pata (y también lleno de grandes lecciones).
He perdido a más personas de las que he ganado pero sin duda he ganado en calidad, algo que siempre he valorado mucho más que la cantidad (EVER).
Si tengo que definir estos 365 días con dos palabras son: decepción e ilusión. Me han decepcionado más que en cualquier momento de mi vida, no una persona, sino varias. Personas que creí que siempre estarían ahí en mayor o menor medida ya no quiero ni que asomen la cabeza, amigos que consideré más especiales de la cuenta a día de hoy me han demostrado que son un poco basura.
Personas a las que se le llenó la boca diciendo que era especial, que me querían y que siempre iban a estar ahí hoy su lugar está más cerca de la mierda y se han coronado como el culmen del cinismo.
Esta clase de personas son las que nos merecemos tener lejos, son las que por su propias patitas se van a tomar por saco. Esto también es algo bueno que me he llevado en este año, que en ningún momento me ha temblado la mano para decir adiós cuando he tenido que hacerlo.
Con otras personas no ha sido tan fácil decir adiós, otras despedidas no son tan agradables aunque te gustaría que lo fuesen. Hay personas que aunque ya no están porque no deben estar siempre les quedará alguna parte bonita de ti, aunque sea embotellada en recuerdos. Siempre.
Luego están esas personas que SIEMPRE están de verdad, esos amigos incondicionales, esas hermanas, familia y personas que sabes que no te van a faltar tampoco en 2014. Personas que te llenan de alegría, de optimismo y de felicidad. Esas personas que me han apoyado todo y más en este año y que no quiero que me falten nunca, siempre sois los mismos aunque este año con un añadido extra enorme: Gracias Bitches.

Y es que el 2013 me ha dado de los mejores momentos que voy a recordar... Esos viajes, charlas, confesiones, fiestas, besos, despedidas, reconciliaciones y tantos momentos que no cambiaría por nada.
Ha sido un año COMPLETO, sin lugar a dudas, no le ha faltado de nada, ni malos ni buenos momentos. No me ha dado tiempo para aburrirme.

Lo mejor y sobre todo lo más inesperado y dulce del año viene de la mano del mes de Abril, otro de mis meses favoritos del año junto con Diciembre. Lo primero que pensé es... ¿Qué hace una persona como tú en un lugar como este? No tenía mucho sentido pero creo que también tenía todo el sentido del mundo porque entre él y yo nada ha sido convencional. Creo que no tuve elección con él, no me dio tiempo a decidir si era lo que quería o no porque ya sin darme cuenta me había enganchado a su manera de hacerme sonreír desde el primer momento justo cuando más lo necesitaba. Fue mi salida de emergencia perfecta y llegó justo cuando debía llegar a pesar de todo el caos de mi cabeza. Aguantó mis indecisiones y mis miedos como nadie e hizo con ellas lo que le dio la gana. Me has hecho una moñas de cuidao', haces que necesitarte sea más fácil de la cuenta y que echarte de menos sea una putada, me has hecho creer en imposibles que ahora son posibles, me haces feliz y has sido mi mayor regalo del 2013. Ya han pasado casi 10 meses desde que te tengo en mi vida y no quiero no volver a tenerte en ella... Gracias Andrés, por tu paciencia, tu saber estar, por tratarme así sólo como tú sabes hacerlo y por darme tanto amor. Te quiero.

Y es que en eso se ha basado mi 2013, en querer cada día un poco más a las personas que se lo merecen, en aprender a decir no y saber cuando decir sí. He cometido muchos errores pero ninguno ha sido en vano, todos me han servido para algo, todos llevan una lección detrás.
Si de algo estoy orgullosa de este 2013 es que por primera vez en mucho tiempo he hecho lo que me ha dado la gana de verdad, sin esperar nada a cambio y eso ha hecho que sin lugar a dudas el 2013 ha sido uno de los mejores años de mi vida, con diferencia.



viernes, 27 de diciembre de 2013

Cómo solo tú sabes.

SED.
Él desata cada instinto animal que hay en mí, como una gata en celo que se curva pidiendo un poco más.
Me ruboriza al mismo tiempo que juega a excitarme y sin darme cuenta ya es demasiado tarde, he caído de nuevo en la trampa de sus sonrisas y su cara de pillo. Y me encanta, me dejo caer... JODER ¿Cómo no hacerlo?
Calma esa sed como solo él sabe sin necesidad de palabras y manipula la poca razón que me queda embriagando todos mis sentidos y desnudando cada poro de mi piel.
Anestesia cada marca que deja en mi piel y convierte el dolor en deseo y a cada embestida se me olvida incluso el tic-tac del reloj. Y manipula mi tiempo con la yema de sus dedos.
Me enseñó que como mejor se ama es con el alma desnuda y los pies fríos, con la boca tapada y mis dientes mordiendo sus manos.
Se pierde entre mis lunares trepando por mis caderas y besa cada una de mis cicatrices, esas que ahora empiezan a aflorar y solo piden un poco más de él, un poco más de esa droga que ahora ya no quiero dejar de tomar.
Quiero emborracharme de ti. 
Quiero que me susurres al oído que solo soy tuya, quiero que me lo hagas creer.
Te quiero a ti, aquí conmigo.




Quiero que me quieras así, salvaje, como tú eres, con el pelo despeinado y mordiéndote los labios.
Como solo tu sabes.
Quiero que te enamores de lo que te ofrezco.
De lo que soy.
De lo que somos los dos.
Quiero que me hagas sentir viva, que me des vida.
Que te fundas conmigo.
Que explotes y te desvanezcas sobre mí.
Y revivas y después...
quiéreme otra vez, sólo como tú sabes hacerlo.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Frío, aquí, ahora.

Hoy es un día frío en esta capital olvidada. 
Hace frío fuera de mi habitación y dentro de mís sábanas, si alguien me rozara hoy las manos diría que estoy más cerca del rigor mortis que de la propia vida, pero...la diferencia corporal entre un muerto y yo es que hoy ardo un poquito más por dentro.
Hay días en los que la inmensidad (e intensidad) del tiempo te golpea la cara como una fría y cortada brisa helada en pleno centro de Granada en Diciembre, esos días en los que te sientes tan pequeña que todo se te queda un poco grande y sólo te apetece ponerte capas y capas de ropa para que el peso de ésta te haga olvidar el peso muerto de los recuerdos que cargas a tu espalda. Y entre cada una de las bocanadas de ese té ardiendo tan dulce te da por pensar en como en cuestión de unos 365 días aproximadamente, día arriba, día abajo, tu vida ha dado un giro de campana y te ha dejado totalmente boca abajo, desnuda y con toda la sangre en la cabeza, con un futuro roto y cada vez más inexistente e inespecífico y cada vez más fríos y cada vez más rotos como si no hubiese rastro de ese ayer que supuestamente tanto te definía... Ya nada es igual, tú no eres la misma cuando te miras al espejo, lo único que permanecen son tus inseguridades pero por lo demás, ya no es lo que era y tú tampoco eres lo que tanto tiempo intentaste ser. Intenté tanto serlo que me olvidé de ser yo misma, puedo considerarme por la misma batalla una luchadora, una perdedora o una estúpida cabezona que intenta ganar y ganar algo que siempre estuvo perdido.
Te miras y piensas en todas esas personas que rodearon tus esquinas con falsos abrazos, aquellos 'te quiero' que se rompieron antes de salir por tu boca y todos esos 'te echo de menos' que sin querer queriendo te acabaste creyendo. La de veces que en un solo año llamaste amigo a alguien que hoy sólo es un desconocido para ti o los días que te preocupaste por algo que no tenía solución. Las veces que lloraste pidiendo que te entendieran como una niña caprichosa que a pesar de saber que no tiene razón sigue intentando que todo el mundo se la dé. Porque lo importante contigo no era tener siempre la razón, lo importante era simplemente tenerte.
Hoy me siento fría porque muchos brazos han dejado de darme calor, ya ni siquiera me darán compañía nunca más, pero tampoco guardo rencor por ello. Esas personas que se fueron me han hecho más fácil ver que lo primero es contar con uno mismo y ser fiel a nuestros propios principios. 
Nadie está obligado a quedarse y puestos a ser positivos, es mucho mejor que una persona que está predestinada a irse se vaya cuanto antes y no ocupe un lugar que no es suyo. 
Hoy estoy así, un tanto escéptica con el mundo por todo aquello que me ha quitado, pero también muy agradecida por dejar huecos libres para todo aquello que está por llegar. Sigo pensando que soy una afortunada, creo que a pesar del cambio tan radical en mi vida no cambiaría nada de ella ni de todo lo que he vivido en este año, no cambiaría ni un solo segundo ni un solo error. Tampoco cambiaría ni una sola locura, como presentarme un día cualquiera de Abril en una ciudad que ni fu ni fa por algo que desde dentro me decía que merecía la pena. Hoy sé que ha merecido la pena y que tengo más de lo que podía pedir. Ha merecido la pena cualquier cosa si hoy puedo decir que te tengo conmigo.
Y aunque haga frío, me sienta helada y se me encoja el corazón del vértigo al pensar en lo mucho que todo ha cambiado, soy tan feliz y estoy tan eufórica por tener lo que tengo y por ser quien soy que el resto de días estoy demasiado ocupada para acordarme de todo lo que ahora es diferente y mucho más ocupada como para echarlo de menos.
La vida es eso, cambios, evolución y ciclos. Un día estás llorando en la cama como el ser más egocéntrico del mundo porque piensas que la vida es muy injusta solamente contigo y al día siguiente estás pegando saltos de alegría con tus amigas en plena Gran Vía de Madrid, no sé, por poner un ejemplo. 

A ser felices, corazones.



martes, 5 de noviembre de 2013

Escribir por amor al (dese)arte.

No podemos evitarlo, somos humanos, débiles y simples y nos movemos por instintos. Nos impulsa el deseo de cometer estupideces y sobre todo echamos de menos algo que en realidad nunca ha sucedido, pero lo seguimos soñando, supongo que el pensar que algo imposible deja de serlo es lo que nos impulsa a mantener la esperanza... Una esperanza que bañamos de cinismo cuando lo que deseamos de verdad está reñido con nuestra estabilidad emocional.
Creo que mi tara de fábrica es que vivo estúpidamente enamorada de algo que no existe, y me imagino que lo peor de todo esto es que una parte de mí sigue pensando que es posible, que va a suceder... ¿Qué tengo que perder además de mi cordura? Lo verdaderamente preocupante es que no estoy segura de si esto resulta más creíble para mí o para mi álter ego... Qué caos...¿Eh? Tengo mil demonios que matar y todos ellos se acuestan conmigo cada noche en mi cama.

«Consejos vendo que para mí no tengo.»
La interminable historia de mi vida. Complicar lo que ya de por sí es infumable, pero joder... No es tan fácil luchar contra un espejo y más contando que frente al espejo no me reflejo yo, ni una bruja atractiva con ligueros. Lo que si puedo ver es aquello que dice ser lo mejor para mí y justo al fondo aquello que me grita qué es lo que de verdad quiero y... ¡Por dios! No puedo dejar de mirar a aquella mujer descarada que no deja de gritar y sonreír ¡JODER! como sonríe... Además luce esa cara de bien follada que tanta gracia me hace. Y en cambio... la que esta cerca, la que me susurra lo que se supone que es mejor para mí, habla bajito y le tiembla la voz, viste una falsa inocencia que no hace juego con su melena descuidada y despeinada... 
No, no es lo que dice ser.

Quizás si escucháramos más dentro de nosotros y nos parasemos a pensar que es lo que realmente nos hace felices sin tener que cumplir con las expectativas de nadie todo esto sería menos vomitivo... 

Supongo, que en el fondo los finales felices se los patento todos Walt Disney y lo peor de todo es que nos creó unas expectativas que son, cuanto menos, ridículas... Y creo que esto es en potencia responsable de nuestras desafortunadas historias interminables-acabadas. 
No tiene sentido que yo cree un castillo de papel si luego llegarás tú, soplarás, me besarás el cuello y todo desaparece... Por favor, hazme creer en imposibles.



'Te dolerá todo el cuerpo, me buscarás en el infierno porque soy igual que tú.
Todo lo que siento por ti solo podría decirlo así.'


Y no me hables de arte si no te han hecho nunca el amor a través de la música.





miércoles, 23 de octubre de 2013

Noches.

Noches. 
Ya ni buenas ni malas, os deseo noches y sobre todo deseo por las noches.
Cerrar los ojos un momento y abrirlos en tu cama sería mi plan perfecto para esta noche, como puedes ver a veces se me olvida que hace mil y una noches que mi cama ya no espera a nadie. Y es que soy así de ingenua y las noches se convirtieron en mi fenómeno paranormal favorito, todo me parece diferente y en su esencia un poco mágico y sobre todo podrido, incluso echar de menos se torna un poco más asqueroso aún si cabe. Y ya no quiero hablar de las noches de lluvia, esas noches de invierno que en tu cabeza te imaginas frente a la ventana con unos calcetines largos en unas piernas que no son tuyas y un té ardiendo que es lo que más caliente te va a poner esa noche, pero la realidad es que estás frente a una pantalla escribiendo algo que a nadie le interesa y pensando en el día de mierda que tendrás al día siguiente gracias a la lluvia. 
Como difiere la fantasía de la realidad... Como en aquellas noches en las que me vaciabas a base de un "bébeme" en una etiqueta bordada principalmente de ganas y mentiras. Lo nuestro nunca fueron las noches y por eso para mí siempre quisieron significar tanto. Supongo que siempre quise que alguien se adueñara de ellas en cierto modo para olvidarme de tus tardes. Buen trabajo. Quizás debería haber escrito en aquella etiqueta "cómeme" para que no te hubiese dado resaca de mí al día siguiente ¿No? 
Es curioso eso de que el mejor piropo que me han dedicado nunca haya sido un "hija de puuuuuta" bien dicho y dedicado justo en el momento perfecto. Sí, no podía haber un momento mejor. Quizás no debería haber deseado tantas buenas noches y haberme dedicado a hacer que algunas fueran mejores... No sé, digo yo. 

Lo que es cierto es que nunca son buenos días sino fueron previamente buenas noches.

Lo que yo te diga... No tengo remedio, sigo siendo la misma que empieza batallas sin abrir la boca que luego no me apetece librar. Sí, seguimos estando igual de desquiciados y a veces ladramos sin que nos apetezca hincarle el diente a nada, somos presas de algo que llaman amor cuando quizás a lo que realmente se referían era miedo a la soledad. 

No quiero decir nada con esto, en realidad solo me apetecía dármelas de sabionda un rato, cosas de mezclar lluvia con noche.


¿Y si nos vamos a soñar un rato más?


viernes, 27 de septiembre de 2013

Volver.

Llevas otra vez esas sucias zapatillas rotas y viejas, ese pelo despeinado y descolorido y ese vestido que no pega con nada ni con nadie.
Tienes el carmín corrido.
Las uñas demasiado cortas,
las mentiras demasiado largas
y las ganas que a él no le caben en esos pantalones tan ajustado.

Me mira, me descoloca, me sonríe, me desnuda.

UN, DOS, TRES, CHAS.

¿Qué si es suficiente? No lo sé.
Lo único que sé es que existen personas que son capaces de trastornar tanto tus sentidos que se vuelven más impulsos en nuestra entrepierna que otra cosa. ¿Y qué?

Yo lo que quiero son
tus cicatrices aquí, conmigo, para lamerlas una a una.
Para adorarlas y borrarlas.
Para enamorarme de ellas. Y olvidarme de ti.
Para creerme de nuevo una superheroína capaz de crear historias infinitas.

Como tú. Y yo. O yo, sin ser tú.
Yo me visto, si tú quieres, los sueños de tu color favorito y si quieres,
también,
nos lo creemos juntos. Otra vez.
Ven.

Yo lo que quiero son
tus manos recorriendo mis piernas.
Convirtiéndolas en la mejor carretera estatal.
Perdiéndote en ellas, ahí, justo donde acaba.

Creando recuerdos.

Y si quieres paramos en un motel de camino,
me das de beber de tu boca, me pierdo en tus labios
y volvemos a empezar. Cuando todo era mentira.

UN, DOS, TRES...
CHAS.
Despierta.



martes, 30 de julio de 2013

Mentiras y otros disparates del siglo XXI.




"La primera mentira es pensar que un día puedes cambiar, no lo harás y tú lo sabes, eso nunca lo hizo nadie, ni lo hará."

Nadie cambia sin quererlo, recuérdalo. Y si no tiene los suficientes motivos para cambiar tampoco lo hará.
Entonces... ¿Para qué prometer algo que no llegará? Supongo que es más fácil ilusionar con mentiras que crear realidades. La mentira cae por su propio peso, el problema es que aunque la verdad es silenciosa a ojos de algunas personas es bastante escandalosa. Mentir es un arte de mal gusto, pero no deja de ser un arte.
Conclusión: No cambia quien puede, si no quien quiere.

"La segunda mentira es creer que el viento puede traer aire nuevo y refrescante, aire que limpie tu sangre, no lo crees."

Otra mentira cochina de la vida misma. El cambiar de aires no va a quitarte nunca algo que te atormenta, no vas a curarte de algo si no le pones solución, nada llega solo y no eres especial para que eso ocurra. No vas a desintoxicarte por arte de magia de algo que te envenena si no haces nada por mantenerlo fuera de tu vida y aún así te sientes una víctima por tener que soportar algo que tú mismo buscas...
Conclusión: El ser humano, ese ser tan... ¿Inteligente?

"La tercera mentira, esperar que el tiempo pueda curar las heridas de la carne, las que te haces con los años al andar."

Pero... ¿De verdad os creéis esa bazofia de que el tiempo todo lo cura? ¿Os pensáis que olvidar es tan fácil como formatear un disco duro? Que ridículo. OLVIDAMOS SÓLO LO QUE QUEREMOS OLVIDAR. 
El tiempo no cura nada, a veces cura más una buena patada en los cojones a tiempo o un vete a la mierda con gracia que esperar que el tiempo nos saque de la cabeza a esa persona que tanto nos ha jodido una y otra vez. No somos máquinas, no somos juguetes, pero nos tratamos como tal... ¿Y aún tenemos que tener fe en el ser humano como ser racional, comprensivo y social? Vamos, no me jodas. Somos el mayor mal para nosotros mismos, tenemos esa capacidad para putear al prójimo intrínseca e innata que se nos da muy bien utilizar.
Conclusión: Las heridas que mas duelen son las que más nos definen y las que menos queremos cerrar. 

Yo cada día pierdo un poco más la fe en todo esto, en el amor, en las personas, en la amistad, el esfuerzo y los valores. Me tiráis de cabeza a las trampas, los excesos y las mentiras (o caigo yo sola). Pero hay que frenar cuando coges cierta velocidad antes de estamparte, esperar a que las desilusiones lleguen solas y saber ante todo que llegarán, a saber por donde la gente va a hacerte daño para así evitar que lo hagan, a coger las decepciones de un puño y convertirlas en arena. Hacernos fuertes y conseguir que dentro de nosotros una luz siga brillando, esa luz que se llama esperanza.
Esperanza en que aún existen personas que se desviven por hacerte feliz, esperanza en aprender algún día que tú y sólo tú eres quien te acompañará siempre, los demás son meros espectadores de tu historia y que si te sale de ahí mismo eres libre de convertir tu historia en un drama, una novela de ciencia ficción o en una historia interminable si te apetece.

Agradece a esas personas que te lo ponen tan fácil para salir de tu vida si te están envenenando y sonríe por todo lo que se perderán, no llores, ni una lágrima más, ya que todo fue mentira, un producto vago de tu imaginación, porque no eres una máquina, no eres un juguete y te ilusiones, vives, sueñas y crees mentiras. Y sin remedio... también te crees que una verdad es mentira, como que algún día te quiso, como que algún día le importantes, prefieres creer que es mentira antes que saber que es verdad, porque así es más fácil, porque no quieres creerlo y porque ya es tarde, es hora de dormir.

Al menos... Aunque nuestros actos nos alejen, follar nos acerca lo suficiente.
Consuelo de tontos, lo sé, pero oye, mejor que nada es.


miércoles, 24 de julio de 2013

Con B de BITCHES.

Todos solemos hablar de amistad, de amor, de relaciones interpersonales en general... Pero poco se habla de las conexiones que surgen espontáneamente entre las personas, esas conexiones tan fuertes que hacen que el tiempo y el lugar sea algo totalmente complementario.
Nos conocimos por casualidad, o por pura causalidad ya que supongo que estábamos destinadas a volvernos (más) locas entre tanto chalado en aquel edificio tan alto (y feo) de Granada. Nos encontramos sin buscarnos, gracias a un cúmulo de decisiones y casualidades de lo más absurdas.
Yo y R nos conocimos el primer día de facultad, ese horrible día en el que te tiemblan las piernas sólo por coger el transporte público sola... Pues bien, voy a cruzar una calle repleta de universitarios hormonados y de repente aparece esa melena larga y rizada acompañada de una sonrisa enorme y esa guía del alumno que tantos quebraderos de cabeza me estaba dando... Y aparezco yo y mi valentía (y mi miedo a estar sola) y en mitad de la carretera me da por gritar: ¿VAS A PSICOLOGÍA?... Que total... Éramos compañeras de clase y amigas desde el minuto -20 de empezar la Universidad... ¿Casualidad? Permitirme que lo dude...
Con L fue diferente, la vi el primer día de clase junto a la chica delgada con la que se sentó todos los días pero instintivamente acabamos sentadas en la misma fila... Recuerdo que no hablamos hasta que pasaron unas semanas y me encantó la sensación de que la imagen que poco a poco iba formándose dentro de mí sobre ella fuese cada vez más dulce. Compartir todos los trabajos, todos los martes hasta las 9 de la noche aguantando maquetas de cerebros y tantas, tantas experiencias hizo que fuese alguien imprescindible en mi día a día. Me asombró eso de que en menos de un año la complicidad hacía que incluso cuando nos mirábamos ya nos lo estábamos diciendo todo, desde meternos con un profesor plasta hasta cuando estábamos tristes.
E es genial, como su propio nombre indica según yo. Pero al principio no fue tan así (Lo bonito no siempre es fácil). Yo ese año la veía como esa chica reservada que se sentaba en la otra punta del auditorio pero que siempre estaba sonriendo, y complicada, tan complicada como a mí me gustan las personas. Mantuvimos una relación distante durante un tiempo, manteniendo las distancias aún sabiendo que eramos más parecidas de lo que creíamos, pero me ha enamorado de ella su manera de hacer que me trague las palabras, una a una. Ahora sólo creo que era una chica que nos estaba esperando porque sin ella estábamos totalmente incompletas, no podríamos ser sin ella, eso está claro.

ELLAS son mis otros tres brazos y ojos. Son mi conciencia, mi voz interior y mi aliento cuando me falta; y son sobre todo esas personas que con sólo sonreír me hacen terriblemente feliz. Son las personas que más me van a hacer llorar el año que viene cuando esta pequeña aventura se acabe... No quiero ni pensar que será de nosotras cuando no estemos cojas, sino totalmente lisiadas.
Porque os prometo que no es difícil tener amigas, incluso me atrevería a decir buenas amigas, pero es asquerosamente complicado que existan conexiones tan fuertes que hagan que personas tan diferentes y tan iguales se complementen tan bien. Se complementen de tal manera que sientan que cuando una falta, están incompletas, que si estás más tiempo de la cuenta sin verlas automáticamente te sientes decaído...

El concepto "amigas" se nos quedó muy corto y preferimos decir que somos unas bitches, supongo que debemos de ser muy zorras cuando hemos tenido la suerte de tener una amistad tan preciosa en estos tiempos... Pero ces't la vie.
No quiero pensar que pasará dentro de unos meses y mucho menos en unos años, sólo sé que la vuelta al curso en Septiembre será menos amarga por verles las caritas todas las mañanas y os juro que es suficiente para llorar muy mucho el día que tengamos que despedirnos... También sé que a día de hoy me siento muy orgullosa de ellas, de las tres y de lo que somos, de nuestros viajes, nuestras frases celebres, nuestros vídeos haciendo el tonto, nuestros bailes, brindis, malas influencias, charlas, sonrisas, miradas de complicidad, abrazos en grupo y de que ahora nos vayan más los números pares.

Porque dicen que las amistades que se hacen en la facultad son para siempre y yo digo y pido a gritos desde aquí: OJALÁ.


miércoles, 3 de julio de 2013

Amar armado.





Amo,
y no puedo persuadirme de lo contrario,
porque siempre está ahí, latente y palpitando
en una lucha feroz a campo abierto contra la razón.
Y yo, en medio de ellos dos, me hallo en su fuego cruzado.

Amo,
y cuando lo hago, me desvanezco en su intensidad,
me difumino hasta el punto de ignorar quien soy
en su arrasadora fuerza, a veces suave y dócil;
y otras, violenta, súbita y desgarradora.

Amo,
y ello me desnuda,
me descubre y me vulnera;
me eleva en su dulzura y me suelta;
lame mis heridas, luego me veja y flagela.

-Rourke Boada-


martes, 2 de julio de 2013

¿Moralidad?

Todos deberíamos tener tatuados en la piel que la vida de cada uno está formada por capas.
Etapas de las que entramos y salimos. Deberíamos recordar siempre que conforme una etapa empieza otra finaliza y así sucesivamente, y que tanto el principio como el final dejarán una cicatriz más en nuestro recorrido. Sé que esto todos lo tenéis muy seguro... ¿Pero tenemos igual de seguro y presente que lo importante no es el principio ni el final sino el recorrido? ¿Por qué no somos capaces de disfrutar del trayecto sin pensar en el final? Claro que toda experiencia siempre tiene un final... Eso no hace que sea menos atractiva ni la convierte en algo doloroso o traumático. Deberíamos abrir los ojos ya.
Y lo que está claro es que estás etapas nos hacen feliz e infeliz a su manera, a su egoísta manera... 
¿Por qué tenemos que aceptar que lo que hace feliz a uno tenga que hacer feliz a otro? 
¿Por qué pensamos que sólo lo que es moralmente aceptable se merece hacernos feliz?
Aquí llega mi conclusión del día... ¿La felicidad es moral?

Si hablamos de felicidad egoistamente, pura y dura, sin atender a valores sociales aceptados por todos... NO. La felicidad NO DEBE SER MORAL. La felicidad es egoísta, efímera y se rige a martillazos dominados por impulsos, se caracteriza por ser tremendamente inmoral, agresiva, violenta, dulce, humana.
¿Es el ser humano un animal moral por naturaleza? ¿O por cojones? Permitirme que os diga que vuestra represión a lo único que os conducirá es a la más nefasta tristeza e insatisfacción.
No intento discutir la importancia de lo que es la moral en sí, y menos aún esa que se basa en el respeto. El problema es que a veces nos olvidamos de nuestra propia felicidad para complacer a otros porque está socialmente aceptado hacerlo. ¿Por qué? ¿Nos estamos volviendo gilipollas? Si, definitivamente, nos están volviendo gilipollas. Nos estamos convirtiendo en seres que viven automáticamente, que se mueven por leyes preestablecidas y andan por caminos que ya han andado otros antes para no perderse... 
Podéis seguir reafirmando vuestro amor por las cosas bien hechas (Siento decir que eso no es hacerlo bien, es hacerlo como los otros están esperando que lo hagas). 

Yo y los bichos raros como yo seguiremos prefiriendo equivocarnos las veces que sean necesarias para aprender de esos errores, dejaremos de pensar tanto en las consecuencias, haremos caso a nuestra felicidad egoísta y nos atendremos a las consecuencias que sean necesarias una vez lleguen... Crearemos y cerraremos etapas en nuestras vidas pero sobre todo las viviremos con pasión, destrozaremos cada una de nuestras dudas a mordiscos y besaremos cada uno de nuestros sueños suicidas e ilusiones embotelladas.

¡A ser felices inmoralmente!


lunes, 1 de julio de 2013

Flota, huye, respira.


Se me desborda el alma cuando siento que te me escapas entre las manos,
no encuentro la salida cuando intento encontrarte.
Ya no queda ¿Nada? Es insuficiente.
A veces siento que te perdí
en el momento exacto en el que dejamos de hacer el amor;
en ese instante, sólo follábamos.
Se nos olvidó amar.
Utilizamos tanto el amor como un medio que nos estalló
en mil cuatrocientos sesenta y nueve pedazos en mi cama.
Pero no importa, nos rompimos juntos,
él a su manera y
yo esperando que recomponerse fuese una solución probable.
Imprecisa. Pero no... Se nos rompió el amor ¿De tanto usarlo? Y entonces...
Llega el momento, tarde o temprano, en el que debes valorar a una persona
en base a los recuerdos que te deja dentro.
Balancear. Contrarrestar. 
Esos recuerdos que pesan, que no quieres seguir arrastrando con cada lágrima,
pero te definen. Esos recuerdos son tú. Eres yo.
Las personas sólo somos historias y pinceladas en las vidas de otros,
somos energía que impulsa y a veces frena.
Tú eras impulso y mi dulzura era el freno. Insuficiente.
El mundo está lleno de historias de (des)amor inspiradoras, cautivadoras.
La nuestra no estaba predestinada a ser una de ellas.
Estábamos predestinados a perdernos
para encontrarnos en la boca del lobo cada vez que volvíamos a nuestro hogar
para lamernos las heridas, una a una. Esas heridas que creamos juntos.
No hay historia que inspire más que una historia de amor fallida.
Algo que dejó de ser y sólo es dentro de cada uno.
Algo que es sólo cuando te recuerdo.
Algo que sólo guardo en cada uno de los borradores que jamás dejaré que juzgues.
Eres parte de mí, porque formas parte de mis recuerdos.
Algo que sólo tú y yo entenderíamos.
Algo que sólo es del viento, de la noche y de una historia
que ya no nos pertenece, que dejo de ser nuestra.
No eres mio, no soy tuya... Pero realmente ¿Alguna vez lo fuimos?


Y ahora, desbordaros conmigo o desapareced, 
queridos recuerdos.



domingo, 30 de junio de 2013

Caviar y cocaína

Te pedí que te quedaras de las mil y una maneras que se me ocurrieron en un rango de 2 minutos y 42 segundos. Que no te movieras de mi lado, que me dieras esa seguridad que sólo tú sabías cuando más lo necesitaba(s).

Te lo pedí rota, cantando, con la mirada, con mi cuerpo, tu cuerpo, mis manos, mis labios. Te lo pedí gritando, en silencio, con la luz apagada, gimiendo, sudando y borracha.
Te pedí que no te alejaras sonriendo, llorando, quebrándome en mil pedazos, estallando, bailando, seduciendo cada uno de tus sueños y tapándote la boca. Siendo sólo un reflejo distorsionado de aquello que siempre has querido ser... 

¿Y ahora qué?
Ahora me miras despechada con los ojos en blanco... ¿Qué esperas?

Sabes que quieres, puedes y debes.

Señorita debería usted recordar que no hemos llegado aquí para nada, que juntas hemos aprendido a matar egos por mantener uno intacto. Que superar exige asumir. Que 14 centímetros pueden ser mucho sólo si se tratan de unos zapatos de tacón. Que las reglas existen para romperlas centímetro a centímetro. Que si sonríes el mundo sonríe contigo. Que el sexo es arte y el arte es más puro conforme más sucio es y lleno de amor está.

¿De verdad te crees que te he abandonado? Vuelvo cuando menos te lo esperas, te atrapo, te hago dudar y manipulo tu realidad a mi antojo, a mi manera. Te hago perder los estribos, te grito, hago que sientas vértigo, que dudes de todo lo que te rodea y te beso cada una de tus cicatrices, te retuerzo las entrañas y te araño todo aquello que tenías claro.

Nuestra relación siempre será así, contradictoria, llena de amor y odio, algunos días me mirarás en el espejo, me odiarás, querrás romperme en mil pedazos, hacer que desaparezca y me dirás lo muy zorra que puedo llegar a ser. Otros en cambio me amarás, te amarás como nunca lo has hecho. Sé que ese día va a llegar. Sé que algún día podrás decir que te defino, que soy tú, que me asemejo a lo que debo ser, me agradecerás cada una de las lágrimas que han llevado mi nombre. Algún día, pequeña, recorreremos cada uno de los acantilados que no te has atrevido a saltar tú sola porque estoy más cerca de ti de lo que crees, sólo estoy escondida, en silencio, acechando esperando el momento oportuno para atacar. Eso lo aprendí de ti. Precisión, coraje y valentía.

Si yo me siento orgullosa de ti, quiero que algún día tú te sientas orgullosa de mí.
Deja de odiarme y reacciona.

MIAUW


domingo, 16 de junio de 2013

Nos hicieron creer...

"Nos hicieron creer que el “gran amor”, sólo sucede una vez, generalmente antes de los 30 años. 
No nos contaron que el amor no es accionado, 
ni llega en un momento determinado. 
Las personas crecen a través de la gente.
 Si estamos en buena compañía, es más agradable.

Nos hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de una naranja, 
y que la vida sólo tiene sentido cuando encontramos la otra mitad. 
No nos contaron que ya nacemos enteros, que nadie en la vida merece cargar en las espaldas, 
la responsabilidad de completar lo que nos falta.

Nos hicieron creer en una fórmula llamada "dos en uno":
 dos personas pensando igual, actuando igual, que era eso lo que funcionaba. 
No nos contaron que eso tiene nombre: anulación. 
Que sólo siendo individuos con personalidad propia, 
podremos tener una relación saludable.

Nos hicieron creer que el casamiento es obligatorio y que los deseos fuera de término, deben ser reprimidos. 
Nos hicieron creer que los lindos y flacos son más amados.
Nos hicieron creer que sólo hay una fórmula para ser feliz, la misma para todos, 
y los que escapan de ella están condenados a la marginalidad.
 No nos contaron que estas fórmulas son equivocadas, 
frustran a las personas, son alienantes,
 y que podemos intentar otras alternativas.

¡Ah!, tampoco nos dijeron que nadie nos iba a decir todo esto... 
cada uno lo va a tener que descubrir solo.
Y ahí, cuando estés muy enamorado de tí, vas a poder ser muy feliz y te vas a enamorar de alguien.

Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor…
 aunque la violencia, se practica a plena luz del día..."

John Lennon (1940-1980)


viernes, 14 de junio de 2013

Enamorarse y otras (dulces) gilipolleces.

Ser la chica (que aparenta ser) buena os puedo asegurar que resulta tremendamente agotador.
Siempre aficionada a los chicos malos, a las barbas largas, ojos oscuros y manos grandes.
Hasta que un día nos enamoramos y ¡PUM! 
Se empiezan a escribir moñadas del calibre de una buena AN-94. 
Tal y como hago yo últimamente con demasiada frecuencia...
Pasar de escribir sobre camas anónimas a babear por el mismo hombre.
Una y otra vez.
Hasta el punto de que mi cabeza me grita:
¡PARA, DISIMULA! ¡¡CONTRÓLATE!!
Pero nada, imposible...



Estas son las clases de tonterías que escribimos las mujeres cuando perdemos la cabeza por alguien del sexo masculino.
Tan acostumbradas a:
TODOS SOIS IGUALES,
que de repente llega uno (dos, tres, cuatro) y te hacen creer por un tiempo determinado
 que QUIZÁ, y solo quizá, esto no sea así.
Que quizá y sólo quizá si hay alguno que pueda ser...
 ¿Diferente, RARO, especial?
Pues bien, la cosa es que las mujeres cuando se enamoran
(nos enamoramos)
entran en un círculo vicioso de gilipollez extrema
que roza lo absurdo.
De repente  empiezas a fijarte en detalles estúpidos que antes no soportabas ni imaginar, 
empieza a volverte loca su pelo despeinado,
su barba más larga de la cuenta,
su media sonrisa, su manera de escribir, sus ojos en blanco...
Empiezas a odiar a sus manos cuando no te tocan,
a sus labios cuando no te besan
y odias absolutamente todo de él cuando está lejos
por el simple hecho de que le quieres.
Te encanta. No hay más.
Sus defectos pasan a ser una prueba definitiva más
sobre lo absurdo que puede ser el amor,
pasan a ser una de sus cosas peculiares que acaban volviéndote  TAN loca
y hacen que te bajes las bragas con demasiada frecuencia. CON ÉL. Claro está.
Sí, sí. Una locura todo.
ES QUE TE ENCANTA.
Sí, no hay más.
Le miras y le sonríes esperando que la única respuesta que sale de él sea otra sonrisa. Aunque sea a 300 km de distancia.
Estas son las clase de estupideces que pensamos las mujeres cuando estamos enamoradas. 

Pero...
¿Qué piensa un hombre enamorado?
¿QUÉ ESCRIBE UN HOMBRE CUANDO ESTÁ ENAMORADO?
¿Qué clase de estupideces os rondarán la cabecita que tenéis sobre los hombros? 
A saber...




sábado, 8 de junio de 2013

Amar es lo más.

Me gusta el café, la menta, los zombies, el sexo, los gatos, los libros, el arte, las barbas, los ojos oscuros; me gustan las personas que se preocupan por tener una bonita conversación; me gusta el color turquesa, las grandes ciudades, conducir, sentir la brisa en la cara mientras conduces a 130km/h; me gusta cantar, dibujar, besar, bailar, me gusta sentir, tener miedo, tocar, volar; me gusta aprender, conocer, saber, opinar, callarme y dar la razón; me gustan los búhos, la ropa interior, los zapatos que dan vértigo, la poesía de Bécquer, la música alta, las faldas cortas y la ginebra. Me gusta reír hasta llorar, escuchar, el olor a ropa recién lavada, el maullido de un gato, la sonrisa de un bebé y los mordiscos que dejan huella; me gusta la música que a nadie le gusta, descubrir, crear, Sonic, nadar, viajar y coger el tren. Me gusta la espuma de la cerveza, las medias con carreras, las noches rotas, soñar despierta, me gusta el ruido que suena bien. Me gusta que me tiemblen las piernas, que se me acelere el corazón, que la boca se me quede seca y perder la voz; me gusta dejar marca y que me digan "hija de puta"; me gustan las velas, el olor a vainilla, el té de starbucks y odio el chocolate. Me gusta ir a las papelerías, comprar bolígrafos y lapices, dibujar, recordar y sonreír. Me gusta sentir que puedo, los vestidos de vuelo en verano y que tú me lo subas; me gusta mi cama, coleccionar recuerdos, escribir, describir y contar detalles. Me gusta ponerle nombre a cada uno de mis orgasmos, hablar con criterio y beber nestea; me gusta tener pocos amigos, las nuevas tecnologías, el diseño gráfico, la decoración, el orden, la perfección y la simetría. Me gusta ordenar la ropa por colores, elegir bragas según la importancia del acontecimiento, equivocarme, querer hasta que duele e intentarlo hasta decir basta. Me gusta el pelo suelto, que me lo enreden, los chicles de hierva buena, ir de compras con mi madre y hacer sonreír a mis abuelos. Me gustan los abrazos en grupo, la palabra BITCHES, mi carrera, las personas que no tienen miedo de aceptar sus limitaciones y romper sus barreras, la sinceridad, Party Rock de LMFAO, la música en directo y la primavera. Me gustan los niños pelirrojos, las películas disney, escuchar a Lana del Rey, las máscaras, los perfumes de Moschino, Venecia y las películas de Resident Evil. Me gustan las palabras que suenan bien, las camisas de cuadros en hombres y la gente que habla inglés.
Me gusta mi vida, amo todo lo que me gusta, vivir así y mis impulsos. 
Amo estar como una puta cabra. 
Amo que amar para mí no signifique simplemente amar a ciertas personas.



(IM)perfecto.

Descubrí un agujero en mi pecho
me asusté al verte dentro.
Me escondía detrás de un oscuro secreto.

Prometí estar muy callado, correcto
mientras tú significabas perfecto,
lo opuesto a mí.
Debo pensarlo mejor...
esto se ha vuelto violento y vulgar.

Cuando te juré quedarme mentí,
cuando te dije lo siento volví a mentir.

Descuidé conquistarte de ocho a diez.
Y olvidé el significado
de olvidar lo ya olvidado
y olvidé doble pensarlo otra vez.

Cuando te juré quedarme mentí, cuando te dije lo siento volví a mentir.



jueves, 6 de junio de 2013

Peculiaridades

Quizá debería haberte avisado de todo aquello que también forma parte de todo lo que soy y no resulta tan agradable.
Quizá deberías haber leído la letra pequeña que llevo conmigo en cada una de mis cicatrices.

Debería haberte dicho...
 Que me cuesta olvidar, que lloro con bastante frecuencia, que quiero a veces demasiado 
y me cuesta dejar de hacerlo. 
Que me gusta más de la cuenta lo complicado y me enamoro de personas casi tan complejas como yo.
Que me quema todo aquello que siento que es injusto, que me gusta a veces recibir más de lo que soy capaz de dar y aún así siento que no es suficiente. 
Que tengo adicción por la cafeína, el sexo y las letras. Pero siempre fui de ciencias.
Que me gusta quedarme a solas una vez cada tres semanas para llorar y llorarle.
Que le tengo fobia a dos palabras por su culpa y soy incapaz de hacerles frente.
Que unos días me quiero demasiado y otros demasiado poco.
Que me encapricho rápido y fugazmente de objetos y personas.
Que odio todo aquello que me cuesta odiar, que a veces me cuesta permanecer callada 
y que no controlo bien mis instintos.
Que me gustan los cuentos de amor y las historias imposibles, 
que a veces creo en caballeros y damas
 y que me gusta reinar en mi cama.
Que soy una cobarde cuando se trata de mí, que me faltan algunos pares de cojones en algunas ocasiones
y que demasiadas veces me gusta equivocarme.
Que tiento a la suerte y cuando juego con fuego es por que sé que al final voy a acabar ardiendo.
Que me aburre la monotonía. Que a veces yo sola busco complicarlo todo, 
que me gusta el drama cuando me aburro y que grito con frecuencia. 
Que a veces no escribo para nadie y cuando le escribo no lo publico.
Que miento demasiado bien y tengo el super poder de estar borracha y hacer que mis mentiras parezcan verdades y esto también sé hacerlo cuando estoy sobria.
Que estoy ebria de sentimientos y acabo vomitando realidades.
Que tengo sueños ridículos e imposibles. Que sueño despierta cuando me aburro y por eso nunca me aburro conmigo misma.

Que existen peculiaridades de mí que no son publicables ni aceptables.

martes, 4 de junio de 2013

Presas.

Él  tenía  una manera especial de mirarme, tenía esa manera especial de hacer que todo lo que estaba a mi alrededor se quedase en un segundo plano.
Él marcaba cada uno de mis rincones, no solo en mi piel, iba mucho más allá del contacto físico, me volvía loca, por dentro, por fuera y más allá, donde no se puede ver.
Fue capaz de besar cada una de mis cicatrices y después morderlas con fuerza, marcando cada paso que iba dando en mí, dejando huella por todo aquello que formaba parte de lo que soy.

Me hacía creer que solo podría ser de él, me miraba y me desarmaba y desnudaba al mismo tiempo, con un sólo chasquido era capaz de dejarme sin palabras y que babeara como un león al que le ponen justo delante la presa más deliciosa e indefensa, aunque en ese momento la presa indefensa fuera yo.

Su espalda se convertía para mí en mi lienzo favorito para todo aquello que no podía expresar con palabras, mi boca solo era boca cuando él la rozaba. Y todo se limitaba a eso, a ser dos bocas que se encontraban solas, dos cuerpos que se limitaban a encajar y ante todo dos almas que rozaban la locura. Al fin y al cabo todo se convertía en poesía. ARTE.

Y así como dos presas que se pierden y no saben a quien deben atacar en ese momento, se fueron enamorando de cada uno de los segundo que creaban en una cama de 0,90.
Ingenuos.

Magia. 
Pensaba que no existía hasta que vi como encajaban tus ganas con mis instintos y me di cuenta de lo bien que combinan tus miradas lascivas con mi sonrisa de bien follada.

Y como iba diciendo... él tenia esa manera tan peculiar de hacer que todo girase alrededor de mis silencios. 
No solo conseguía que me temblasen las piernas, también desequilibraba mi realidad cada vez que le tenia cerca.

Y es que las mejores guerras son aquellas que montábamos en su cama.