A veces me encantaría dar frenazo a mis pensamientos suicidas y dejar fluir simple y llanamente a mis sentimientos. Encontrar el valor para decirte en el momento en el que sé que es inminente que te vayas, que lo único que quiero es que te quedes a mi lado, abrazándome lo más fuerte que puedas, porque en días como este tu calor es lo único que consigue hacerme sentir un poco más viva.
Que lo único que hace que despegue un poco y eche a volar son esas imágenes que aparecen en mi cabeza de nosotros perdiéndonos en una ciudad desconocida para ambos y sobre todo ver una enorme e inocente sonrisa en tu cara.
Ser capaz de decirte mientras sales por esa puerta que aunque te esté viendo marchar ya te echo de menos, que tengo unas ganas enfermizas de saltar esas cuatro y feas escaleras y abalanzarme sobre ti y no parar de besarte.
Que muchas veces
Recuerda que cuando mis palabras pierdan su sentido y mi cabeza siga tan controvertida, mis besos son los únicos capaces de decirte que me muero por deshacerme a tu lado, que me enloqueces de los pies a la cabeza y que tus manos tienen el control de mis instintos.
Nunca me gustó dejar tan a la vista mis debilidades, siempre preferí ir de dura y gallita, pero sería estúpida intentando disimular que si hay algo capaz de desarmarme son sus manos y su sonrisa. Y que no quepa la menor duda, me tienes increíble e irrevocablemente enamorada de ti y de todo lo que tiene que ver contigo.
"Te querré hasta el final."