Tumblr Mouse Cursors

viernes, 19 de octubre de 2012

Mitades.

Pondría tierra de por medio entre esas dos orillas si supiera con exactitud que es eso lo que necesito. O que es eso lo que me importa. Pero no. Me limito a mirar desde un lado de la orilla viendo como cada vez estás más lejos y llega a un punto en el que ya no me importa. En el que me he ahogado a tal profundidad que lo que menos necesito es que vengan a hacerse el héroe conmigo. No creo en los héroes y a decir verdad, nunca han existido los héroes para mí, nunca me han salvado, más que nada porque del único monstruo del que he tenido que huir ha sido de mí misma. Y de él. Y de unos cuantos fantasmas que nunca me han asustado demasiado.
Pero la cosa es que nunca creí en los príncipes azules tampoco. Nunca vino ningún príncipe a salvarme de la bestia. Ni besé a muchos sapos para ver lo que ocurría, sólo a los justos y todos siguieron siendo igual de babosos. O casi todos. Será porque a mí tampoco me ha ido eso de ser una princesa, más bien preferí ser un poco hija de puta, las cosas como son y al final lo conseguí, despedí desde la otra parte de la orilla a esa niña inocente y sólo la recupero momentáneamente cuando me interesa, por esto y mil razones más, no entiendo lo fácil que sería unir esas dos orillas y las pocas ganas que me dan hacerlo. Por ahora te quedas allí, en la otra parte observando como avanzo, como crezco y vuelo.

Será porque el amor oxida el corazón al igual que se oxida el aire con cada beso que no ha sido robado cuando tenía que haberlo sido. A mí se me oxida en general. Me desgasta y muchas veces me deja sin fuerzas. No hay nada peor que sentir la derrota ante la otra mitad de uno mismo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario