Toda mi inspiración hoy es una cara repleta de rímel negro y un montón de canciones tristes que no me representan. Esos días en los que te sientes una muñeca rota o un títere más de algo que sabes que es tan efímero como decir adiós cuando sólo se quiere decir hasta luego, cuando sabes que tu cabeza no es la que está girando, ni tu cuerpo, pero aún así te mareas y todo a tu alrededor te da asco.
Tengo necesidad de poder expresarme sin tener miedo a una reacción. Una carcajada o una lágrima.
Tengo necesidad de gritar todo lo que me pudre por dentro de tanto callar.
Cuando esas ganas de comerte el mundo no son suficientes y simplemente dejas que el mundo te coma a ti y puestos a poder decidir, eliges que empiece por tu coño y deje de darte tanto por el culo porque no te va el sexo anal, pero quizás esto sea demasiado pedir para el primer día de lluvia después de otro verano más.
Pero... ¿Sabes que es lo bueno de los días de mierda?: Lo primero es que éstos terminan y lo segundo es que tienes una excusa perfecta para llorar mientras ves una película romántica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario